¿Son Harris y Dalmau comunistas?

Artículo publicado en El Nuevo Día.
No es nada nuevo difamar a candidatos llamándolos comunistas.
En las campañas electorales de este año, Donald Trump acusa a Kamala Harris de ser comunista, y Jennifer González y un siniestro grupo de empresarios escondidos tras un Comité de Acción Política con sus publicistas antiéticos tachan a Juan Dalmau de ser comunista también.
En épocas anteriores, los republicanos tildaban de comunista al presidente Franklin D. Roosevelt. Se referían a su allegado exgobernador de Puerto Rico, Rexford G. Tugwell, como “Rex the Red”.
Edgar Hoover, director del FBI, en memorandos secretos llamaba comunista a Luis Muñoz Marín. Alegaba que utilizaba el rojo y lemas de campaña similares a los de los comunistas.
Carlos Romero Barceló y Baltasar Corrada del Río le imputaron a Rafael Hernández Colón ser comunista y amigo de Fidel Castro.
En la campaña política de 1984, Luis A. Ferré anunció, sin ninguna evidencia, que Fidel Castro estaba endosando la elección de Rafael Hernández Colón.
El “cuco” del comunismo pertenece al pasado, enmarcado en la desaparecida Guerra Fría. Quienes reviven dicho término invocan un pasado inexistente.
Ese sistema político comunista colapsó con la caída de la Unión Soviética en 1991. Si bien en China y Vietnam, los partidos comunistas todavía controlan el poder político, sus economías responden a la dinámica de las economías de mercado y no a las comunistas.
Cuba ha permanecido fosilizado en un sistema fallido e inoperante parcialmente como consecuencia del embargo impuesto por Estados Unidos.
Donald Trump y los republicanos en el Senado paralizaron las reformas negociadas por el Gobierno de Barack Obama. Estas estaban encaminadas hacia una normalización de las relaciones, la apertura de la economía y la posterior derogación del embargo.
Venezuela es un régimen corrupto y autoritario, respaldado por los militares y el narcotráfico. Su sobrevivencia descansa en el apoyo internacional de la China comunista y los Gobiernos autoritarios de Rusia e Irán.
Jennifer González pretende probar que Juan Dalmau es comunista con fotos de pasados encuentros internacionales.
¿Por qué Jennifer no acusa a Richard Nixon de ser comunista por su reunión de varias horas con Fidel Castro en Washington en 1960? ¿Por qué no lo acusa por reunirse en 1972 en Beijing con el máximo líder comunista, Mao Zedong? Mao le confesó a Nixon que prefería lidiar con los republicanos que con los demócratas.
¿Se convirtió Nixon en comunista al reunirse con el líder soviético Leonid Brezhnev en 1972, 1973 y 1974?
Igualmente, nadie acusa a Barak Obama de ser comunista por su encuentro en 2016 con Raúl Castro, en La Habana, ni a Sila Calderón por invitar en 2001 a Hugo Chávez a su juramentación como gobernadora en San Juan.
Tampoco se señalan como comunistas a Joe Biden y a Donald Trump por sus encuentros con el líder comunista chino Xi Jinping.
Irónicamente, Donald Trump se convirtió en el primer presidente de Estados Unidos en visitar en el 2019 al villano líder comunista norcoreano, Kim Jong-Un, a quien llamó su nuevo amigo y luego atesoró la correspondencia privada entre ellos. Un informe del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sugirió que Kim podría ser juzgado por crímenes contra la humanidad.
Igual que cuando Jennifer González contemplaba el “Mar Caribe” desde sus impresionantes ventanas en el Capitolio (desplazando en su imaginario mapa geográfico el Océano Atlántico), para ella, los independentistas son lo mismo que los comunistas.
Ella desconoce que los principales líderes independentistas: Ramón Emeterio Betances, Eugenio María de Hostos, Manuel Zeno Gandía, José de Diego, Antonio R. Barceló, Francisco Susoni, Pedro Albizu Campos y Gilberto Concepción de Gracia nunca respaldaron el comunismo.
Es lamentable que políticos de la talla de Donald Trump y Jennifer González procuren engañar a los electores mintiendo y difamando a sus opositores con acusaciones infundadas. Ni Kamala Harris ni Juan Dalmau son comunistas.
Estados Unidos y Puerto Rico se merecen líderes que discutan las realidades existentes de sus países, busquen soluciones a los problemas, exploren oportunidades y establezcan planes de avanzada para el futuro.