Las convenciones políticas en EU y el status de PR

Artículo publicado en El Nuevo Día. Cada cuatro años las dos instituciones que controlan la hegemonía política en Estados Unidos convocan a sus partidarios a seleccionar su candidato a la presidencia.
En un ejercicio torcido y digno del teatro del absurdo de Ionesco, Puerto Rico participa en el proceso de selección del candidato, pero no puede emitir su voto en las elecciones donde se presenta el candidato favorecido.
En las elecciones de 1952, Miguel Ángel García Méndez se las ingenió para que por vez primera un partido político estadounidense, el Partido Republicano, incluyera en su plataforma el respaldo de la estadidad para Puerto Rico: “We favor eventual statethood for Puerto Rico”.
Es irónico que el presidente electo, Dwight D. Eisenhower, terminara respaldando la independencia para Puerto Rico. Fue una iniciativa tronchada por el gobernador Muñoz Marín, que todavía soñaba con el desarrollo del ELA.
En esas elecciones de 1952, el Partido Demócrata alababa el nuevo status de PR (el ELA), que los puertorriqueños no aprobaron hasta el 4 noviembre de 1952. En su plataforma afirmaron: ”[we] pledge our support of the Commonwealth, its continued development and growth”.
Ya para la Convención de 2020, el Partido Demócrata se limitó a señalar ambiguamente que el pueblo de Puerto Rico se merecía la autodeterminación en el asunto del status.
El Partido Republicano, por su parte, respaldó en su plataforma de 2020 la admisión de Puerto Rico como un Estado de la Unión y reconoció los resultados del plebiscito de 2012 en el que un 54% rechazó al ELA y el 61% respaldó la estadidad.
Cuatro años después, en 2024, el Partido Demócrata se limita a respaldar la Puerto Rico Status Act de la Cámara de Representantes (HR 2757) convocando un plebiscito en el cual se elimina el ELA como opción.
El Partido Republicano en 2024, por primera vez desde 1952, eliminó la estadidad de su plataforma. Se limitó a mencionar los cinco territorios, posicionando a Puerto Rico (el más poblado) último en la lista.
“The territories of Guam, the Commonwealth of the Northern Marianas, American Samoa, the US Virgin Islands and Puerto Rico are of vital importance to our National Security, and we welcome their greater participation in all aspects of the political process.”
En la convención Demócrata de 2024, el líder de la delegación de Puerto Rico, Charlie Rodríguez, flanqueado por los sonrientes entusiastas Pedro Pierluisi y Miguel Romero, se dirigió a la audiencia presente y televisiva, mayormente en español.
El escueto mensaje fue: “Buenos noches. Puerto Rico, a US territory known as the Commonwealth of Puerto Rico … and the next State of the United States adds its sixty votes para la primera mujer afroamericana de ascendencia asiática y caribeña que será presidenta de los Estados Unidos…Kamala Harris… Viva Kamala”.
¿Es la forma más efectiva de convencer al americano angloparlante de que incorpore a un nuevo estado hispanoparlante dirigiéndose a ellos en español?
¿Está consciente el delegado de que en 2021 la Cámara de Representantes aprobó (con el respaldo unánime de los demócratas) un proyecto para convertir a Washington D.C. en el próximo estado de la Unión? ¿Pretende el delegado que ahora los demócratas desplacen a D.C. por Puerto Rico?
Washington D.C. pertenece a Estados Unidos y es su capital. El 95% de sus residentes angloparlantes respaldan la estadidad. Según dicta la Enmienda 23 de la Constitución estadounidense, los residentes de D.C., pueden votar en las elecciones presidenciales desde 1964 y participar en el Colegio Electoral. Su estadidad ha sido bloqueada por los republicanos del Senado para evitar la elección de dos senadores y un congresista demócratas.
El mensaje de la metrópolis es diáfano y conciso: no hay interés alguno en discutir el asunto del ELA o la estadidad para Puerto Rico. El estado de negación de los dos partidos principales locales no permite desarrollar y evaluar con la metrópolis otras opciones beneficiosas para ambas partes.