La economía de servicios

Artículo publicado en El Nuevo Día.
En las economías desarrolladas del mundo, el sector del servicio representa la mayor parte de la actividad económica. Por lo general, mientras más alto es el porcentaje, mayor es el desarrollo del país.
La industria de servicios incluye actividades gubernamentales, de los sectores de comunicación, transportación, finanzas y todo tipo de actividad económica que no produce bienes materiales.
En las naciones avanzadas, durante las últimas décadas los servicios han experimentado un elevado desarrollo, a un ritmo de crecimiento superior al de la producción industrial.
Esto es similar a lo ocurrido con la agricultura hace varias décadas cuando su contribución a la economía fue sustituida por la producción industrial.
Según el CIA World Fact Book, en el 2017 el sector de servicio representó el 80% de la economía de Estados Unidos. En el caso de la pequeña isla nación soberana de Singapur fue el 75%; en Nueva Zelanda, 73%.
En América Latina, Panamá alcanzó la cifra de 82%; Costa Rica, 74%; Uruguay, 70%.
En el Caribe, la República Dominicana registró un 61%; Haití, 58%; Puerto Rico, 49%.
En el 2017, Puerto Rico, con una tasa de crecimiento económico de -2.7%, ocupó la posición número 207 entre 224 países que reporta la CIA en la lista de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (GDP).
Puerto Rico se ha quedado fosilizado con un modelo económico colapsado, mantenido artificialmente con aumentos de la deuda pública y la dependencia de transferencias federales.
El énfasis de la metrópolis ha sido en el repago de la deuda pública en lugar de establecer un modelo económico sustentable, capaz de generar actividad económica y crear empleos bien remunerados, armonizado con un programa eficaz de justicia social.
La revolución de la información es un aspecto clave en el desarrollo de la economía de servicios. Los fabricantes de hardware y software y los desarrolladores de aplicaciones de software ahora consideran el servicio una parte integral de su oferta de productos.
La economía de servicios facilita a que los trabajadores puedan trabajar independientemente y desde sus casas. En una economía de redes globalizadas, ya los modelos económicos no están restringidos a una localidad. Este nuevo paradigma es parte integral de un nuevo modelo económico.
La inteligencia artificial valiéndose del recurso académico es un sector con un enorme potencial para pequeños países como lo ha sido en el caso de Israel.
El recurso principal de la economía de servicios proviene del sistema universitario. El Gobierno, al coartar los recursos de la Universidad de Puerto Rico, limita sus oportunidades de insertarse en un modelo económico cónsono con los países más desarrollados.
A pesar de la politización interna, la incompetencia administrativa y los recortes presupuestarios, la Universidad de Puerto Rico continua siendo la principal herramienta para el desarrollo del país y para combatir la inequidad.
Durante la crisis mundial de 2008, Singapur estableció una segunda universidad del Estado en lugar de recortarle fondos a su principal institución universitaria. Hoy cosechan los resultados.
Los fondos federales aprobaos a raíz de la pandemia están gestados para socorrer a una economía robusta estadounidense colapsada por la crisis.
Este no es el caso de Puerto Rico, sumergido en una depresión, la quiebra económica y los estragos ocasionados por huracanes, terremotos y gobiernos ineptos y corruptos.
La ausencia de un plan maestro para el uso de los nuevos fondos federales destinados a Puerto Rico los convertirán en sal y agua como sucedió con los fondos ARRA de Obama bajo el Gobierno de Fortuño.
Puerto Rico tiene una oportunidad formidable de insertarse con fuerza en la economía de servicio, aprovechando que todavía tiene la principal cartera de talento y centro universitario del Caribe.
La situación reclama un liderato con las prioridades correctas, no con complacencia.